El Islam prescribió que el marido diese la dote a su esposa, perteneciendo únicamente a ella, sin tener derecho alguno sobre dicha dote nadie de la familia.
Esto es como símbolo social que conduce al amor y fortalece la amistad.
El profeta de Dios (la paz sea con él) dijo: «Regalaos para que os améis».
Dios (altísimo sea) dice en el Sagrado Corán:
«Dad a las mujeres espontáneamente, sus dotes, y si es voluntad de ellas, concederos una parte, disfrutadlo con buen provecho».
El Islam no pone límites a la dote y lo deja a la elección de la esposa. Dicha dote puede ser tanto material, como no material. La exageración por parte de la mujer va en contra de la religión ya que hace de esto un obstáculo para el hombre con pocos recursos.
Se puede dar por adelantado o aplazado; o bien dar una parte y aplazar la otra, considerando siempre, esta parte aplazada, como un préstamo de la mujer a su marido. |