PRESERVACIÓN DEL CORÁN
Dios dice en el sagrado Corán:
Ciertamente, somos Nosotros quienes hemos hecho descender, gradualmente, este recordatorio: y, ciertamente, somos Nosotros quienes en verdad lo protegemos [de toda alteración]. (Corán: 15:09).
El Sagrado Corán, la escritura sagrada de los musulmanes, fue revelada en lengua árabe al Profeta Muhammad (s.a.s), a través del ángel Gabriel. La revelación ocurrió gradualmente, durante un período de 23 años, a veces en versículos breves y en ocasiones en capítulos extensos.
El Corán (vocablo que puede entenderse como "lectura" o "recitación") es distinto de los dichos y hechos (Sunna) registrados del Profeta Muhammad (s.a.s), que se conservan mediante la obra de sabios que los coleccionaron y clasificaron, a estos se denomina "Hadices" (las "noticias"; los "informes"; o las "narraciones").
Al recibir la revelación, el Profeta se comprometió con la misión de llevar el mensaje a sus compañeros recitándoles las palabras exactas que Él oía del ángel en su orden exacto.
El Profeta animó a que sus compañeros aprendieran cada versículo que se revelaba y lo transmitieran a otros. No sólo eran memorizadas las palabras del Corán, sino también su correcta pronunciación, después esto se transformó en una ciencia en sí misma y se la llamó "Taywid". Esta ciencia describe meticulosamente cómo cada letra debe ser pronunciada, así como la palabra en conjunto, ambas en el contexto de otras letras y palabras.
Además, la sucesión u orden de los versículos del Corán fue estipulada por el Profeta y era muy conocida por los Compañeros. Cada Ramadán, el Profeta solía repasar y recitar el Corán, junto al Ángel Gabriel, el Corán entero en su orden exacto hasta donde había sido revelado. En el año de su muerte, el Profeta Muhammad (s.a.s) lo repasó y recitó dos veces junto al Ángel Gabriel. Por eso, el orden de los versículos en cada capítulo y el orden de los capítulos se reforzaron en la mente del Profeta Muhammad (s.a.s), y por consiguiente también en la mente de cada uno de sus compañeros.
El Corán entero fue puesto por escrito en el momento de la revelación, siguiendo el dictado del Profeta (s.a.s). Fue escrito por algunos de sus compañeros más instruidos, el más prominente de ellos fue "Zaid Ibn Zabit". Otros de sus escribas fueron "Ubai Ibn Ka’b,Ibn Mas’ud, Mu’awiah Ibn Abu-Sufian, Jaled Ibn al-Walidy Zubair Ibn Awwam". Los versículos del Sagrado Corán fueron grabados sobre cuero, en pergaminos, en huesos de animales y en hojas de palmeras.
Después de la muerte del Profeta, el primer califa "Abu Bakr", le encomendó a "Zaid Bin Thabit" la tarea de prepara una copia autentica en forma de libro, de la totalidad del texto. Después de comparar los textos ya escritos, se confirmó su autenticidad con todos los compañeros y personas que lo habían memorizado. "Zaid" compiló una copia llamada "Mushaf" ( hojas encuadernadas). La autenticidad y exactitud del mismo no pueden ser impugnadas.
Posteriormente, el Califa "Othman" ( 15 años después de la muerte del Profeta) le pidió a "Hafsah" (mujer del Profeta) que le enviara el manuscrito del Corán que ella había guardado, y ordenó que se prepararan 7 copias exactas del manuscrito del Corán, que se enviaron a las diversas capitales de las provincias islámicas más importantes.
En la actualidad aún existen 3 de esas copias originales: una se encuentra en un museo de Turquía, la otra se encuentra en Uzbekistán (ex – Unión Soviética) y la tercera se encuentra en Egipto.
La memorización del Corán surgió como una tradición continuada durante siglos. Aparecieron escuelas para la memorización que se establecieron por todo el mundo musulmán. En estas escuelas, los estudiantes aprenden y memorizan el Corán junto con su "Taywid" (Ciencia de recitar el Corán), siguiendo a un maestro que a su vez adquirió el conocimiento de su maestro, formándose así una cadena de trasmisión oral que se remonta al Mensajero de Dios. El proceso de memorizar todo el Corán normalmente toma entre 3 y 6 años. Después de que el dominio se logra y la recitación se realiza libre de errores, se le otorga a la persona una licencia formal (Iyyaza), certificando que ha dominado las reglas de recitación y puede recitar el Corán de la manera que lo recitó el Profeta Muhammad (s.a.s).
Actualmente, se pueden contar el número de los "Hafiz" (personas que han memorizado todo el sagrado Corán) en cientos de miles por todo el mundo.
Así que no hay ningún humanista orientalista u occidental, musulmán o no, que pueda dudar de la pureza, autenticidad y veracidad del Sagrado Corán.
Incluso un crítico sumamente hostil como Sir. William Muir, especialista del orientalismo y particularmente de la historia de los principios del Islam, autor de números libros sobre el Islam, escribió sobre el Corán: "Probablemente no existe en el mundo otro libro que haya conservado la pureza del texto durante 14 siglos"
El destacado orientalista Kenneth Cragg refleja este concepto: "… el fenómeno de la memorización y recitación es uno de los medios por los que el texto ha atravesado los siglos en una sucesión viviente e irrompible de devoción. Por consiguiente, no puede considerarse como un objeto de anticuario, ni como un documento histórico de un pasado distante. De hecho, la memorización lo ha puesto en posesión del pueblo presente a través de toda la era musulmana y le ha dado un brillo humano en cada generación, permitiendo que el texto pueda ser siempre asequible para todos, sin que jamás fuera patrimonio de ninguna autoridad especial para su preservación".
A.T. Welch, un orientalista no musulmán, escribe: "Para los musulmanes, el Corán es mucho más que una escritura o la sagrada literatura en el sentido occidental usual. Su importancia primaria para la inmensa mayoría a través de los siglos, ha estado en su forma oral, la forma en que apareció primero, cuando la “recitación” era pronunciada por Muhammad a sus seguidores durante un período de aproximadamente veinte años… Las revelaciones fueron memorizadas por algunos de los seguidores de Muhammad durante su vida, y la tradición oral que se estableció así ha tenido una historia continua desde entonces, de algunas maneras independiente, y superior al Corán escrito… A través de los siglos, la tradición oral del Corán completo se ha mantenido por recitadores profesionales (Qurrá). Hasta recientemente, la importancia del Corán recitado raramente se ha apreciado totalmente en Occidente".
John Burton, al final de su trabajo sobre la recopilación del Corán, dice lo siguiente:
“…el texto ha llegado a nosotros en la forma en que era organizado y aceptado por el Profeta…. lo que nosotros tenemos hoy en nuestras manos es el mus-haf de Muhammad”.
Kenneth Cragg, describe la transmisión del Corán en tiempos de la revelación y hasta la actualidad como: “una sucesión viviente e irrompible de devoción”
Schwally concuerda con esto:
“Aunque en algún momento la revelación estaba fraccionada, nosotros podemos estar seguros que su texto se ha transmitido exactamente como le fue revelado (al Profeta)”.
La credibilidad histórica del Corán está establecida además por el hecho de que cada una de las 3 copias que todavía se conservan hoy, son exactamente idénticas a todos los libros del Sagrado Corán que circulan y que posee cada uno de los 1’5 Mil Millones de musulmanes en todo el mundo.
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