LA HÉGIRAHégira (en árabe Hiyra), indica el traslado de Mohammad (La paz y las bendiciones de Dios sean con él) y la primera comunidad de musulmanes de La Meca a Medina, ocurrida en el año 622 de la era cristiana. Dicho evento marca en el mundo islámico el año primero. Los musulmanes toman el primer día del año lunar en el que se produjo (Viernes 16 de julio de 622) como referencia para su calendario. La palabra Hiyra significa literalmente «Migración», y no «Huida», como por error se traduce a veces. En 1811 y 1852 respectivamente. Medina ha soportado en varias épocas el dominio turco y egipcio. Durante la I Guerra Mundial, el jerife Hussein, ayudado por los ingleses en la persona de T.E. Lawrence, sacudió el yugo turco. Ibn Sa'ud se apoderó de Héyaz en 1925. En Medina, Mohammad reunió a un grupo de creyentes para celebrar la oración comunitaria. La casa de Mohammad consistía en un recinto cuadrado de muros de adobe abierto a un patio, rematado por un soportal o cobertizo en el lado sur. En el muro oriental se levantaron las habitaciones de las mujeres del Profeta, volcadas hacia el patio, donde se reunían los fieles para orar bajo las directrices de Mohammad, que se subía en un estrado para dirigirles. En esta disposición se ha querido establecer el origen de las futuras mezquitas, que suelen presentar un patio interior (Sahn) rodeado de pórticos (Riwaqs) y un espacio cubierto (Haram), articulado mediante naves de columnas y delimitado por la quibla, el muro que señala la dirección de La Meca. Acceso al poder político: En Medina la comunidad se implantó venciendo las dificultades y el poder religioso del profeta se fue transformando en el poder político de Mohammad y sus seguidores, con la creación de un islam fuerte y expansivo. La situación dominante de esa ciudad en la ruta de las caravanas que se dirigían a La Meca enfrentó a las dos ciudades, guerra que terminó con la victoria de Mohammad y aumentó su prestigio. El triunfo se produjo después de varias batallas, unas victoriosas como la de Badr (627) y otras perdidas como la de Uhud, en la que fueron aniquilados sus seguidores. Se apoderó de La Meca (630), destruyó los ídolos, implantó la nueva fe y perdonó a todos sus enemigos, lo que le hizo muy popular entre los árabes. En el 631 obtuvo nuevas victorias militares sobre las tribus rebeldes a las que siguieron nuevas conversiones. |